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Preparando el Sistema de Riego para Invierno


Evita un gran desastre esta primavera. Sigue estos pasos para preparar tu sistema de riego para clima frío.

12 de septiembre de 2022

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Sistemas de Riego para InstitucionesPreparando el Sistema de Riego para Invierno


Cada año, cuando las hojas comienzan a caer y las temperaturas bajan, es hora de cerrar los sistemas de riego. En climas más fríos, los sistemas de riego deben estar preparados para el invierno y así evitar daños causados por las temperaturas de congelación. Al tomar las medidas necesarias para proteger los sistemas de riego ahora, puedes evitar reparaciones costosas en la primavera.

Primero, algunos afirman que los sistemas de riego se drenan solos, automáticamente. Esto podría ser cierto, sin embargo, ¿vale la pena arriesgarse? Los desagües pueden obstruirse o puedes olvidar abrirlos o el agua puede quedar atrapada en lugares bajos. Por la seguridad adicional y el bajo costo de acondicionamiento para el invierno que te brinda un compresor de aire, no vale la pena arriesgarse. Se ha comprobado que soplar/airear un sistema de riego con un compresor de aire es el mejor método hoy en día.

El siguiente es el procedimiento de preparación para invierno de un sistema de riego típico. A lo largo del país, los productos y las situaciones pueden variar pero en general la secuencia de procedimientos sigue siendo la misma.

En primer lugar, ¡cierra el agua! Siempre habrá una válvula de cierre maestra en alguna parte. El sótano, una cámara baja o el cuarto de servicio son los primeros lugares dónde buscar. Apaga la llave de paso y etiquétala para referencia futura. Colocar una etiqueta en la válvula que indique que es para el sistema de riego evitará cualquier percance que pueda ocurrir con un propietario desprevenido.

Luego drena manualmente el sistema (tanto como sea posible). Esto aliviará la presión en el sistema y te dejará avanzar en el proceso de preparación para el invierno. Por lo general, abrir la llave de la manguera o drenar el dispositivo de retorno de flujo funcionará bien. A veces hay un desagüe dentro de la casa. No olvides usar un balde para recoger el agua drenada. Advertencia, podrías mojarte. Abrir un drenaje bajo presión disparará agua durante los primeros segundos, hasta que la presión contenida en el sistema disminuya.
Una vez que la presión se ha purgado del sistema y el agua se ha drenado un poco, es hora de conectar el compresor. El tamaño del compresor que se debe usar depende del tamaño del sistema. Por lo general, entre más grande, mejor y más rápido. Un compresor más pequeño puede funcionar pero puede tardar un poco. Los compresores recomendados deben suministrar un mínimo de 60 psi a 15 pies cúbicos por minuto (CFM, PCM en español). Esto es lo que realmente desplaza el agua. La mayoría de los compresores no tendrán problemas para entregar el psi pero es en los CFM donde pueden fallar.
Encuentra un acceso al sistema donde podamos conectar el compresor de aire. Tiene que haber una llave de manguera o un desagüe en algún lugar después de la válvula de cierre principal donde se pueda conectar la manguera del compresor. Probablemente será el mismo drenaje utilizado en el paso anterior. Asegúrate de que todos los otros desagües estén cerrados (si los abriste en el paso anterior), excepto el desagüe donde se conectará la manguera. A veces hay que usar un poco de ingenio para conectar con un accesorio/fitting a la manguera de aire con el desagüe. Por lo general, no es un ajuste estándar (a menos que tengas mucha suerte).
Antes de conectar la manguera de aire al sistema de riego, deja que el compresor de aire se cargue solo. Por lo general, la mayoría de los compresores pueden cargar hasta 120 psi o más. Sin embargo, no necesitas tanta presión para soplar/airear un sistema completo. En realidad, nunca soples un sistema de riego con más de 80 psi. Ten en cuenta que cualquier cosa por encima de 80 psi puede dañar los componentes del sistema de riego. Una buena regla general es usar la misma cantidad de presión utilizada para la presión del agua de la casa, a menudo alrededor de 60 psi. Esto evitará cualquier riesgo de usar demasiada presión.
Ahora, conecta el compresor y comienza a prepararte para el invierno. Es mejor comenzar con la zona más alejada y trabajar hasta llegar a la zona más cercana. O comienza por la zona en el punto más alto de elevación, generalmente en la cima de una colina. Para este ejemplo, supongamos que la zona número 10 está más lejos. Activamos la zona número 10 en el controlador durante 2 minutos y nos detenemos. Ahora, 2 minutos pueden ser demasiado largos o no lo suficiente. Observa el agua que sale de los aspersores. Lentamente, el agua se convertirá en una niebla, luego la niebla se convertirá en aire. En este punto, todo el aire está fuera de la zona número 10. Apaga la zona número 10 y continúa a la siguiente zona.
Ten en cuenta que, por lo general, no tienes que sacar cada gota de agua del sistema. Si continúas aireando el sistema (aunque haya salido toda el agua), el calor del aire podría dañar los componentes del sistema de riego. Es mejor sacar la mayor parte del agua pero no hacer funcionar continuamente el compresor tratando de sacar cada gota. Un poco de agua residual que quede en la zona no hará daño.
Se recomienda que airees cada zona dos veces con dos ciclos cortos, en lugar de soplar cada zona una vez con un ciclo largo. Esto reduce el margen de error porque hay menos posibilidades de que el compresor se haya dejado encendido demasiado tiempo o hayas olvidado una zona.
Luego, tenemos que verificar el preventor de flujo de retorno. La mayoría de los sistemas tienen un dispositivo de prevención de flujo de retorno instalado al principio del sistema. Asegúrate de que esté completamente sin agua. Lo más probable es que hayas soplado aire en los pasos anteriores. Abre todos los desagües y déjalos abiertos. Durante el invierno, es mejor dejar las válvulas de bola o los desagües (en el dispositivo antirretorno/flujo de retorno) en un ángulo de 45 grados. A veces se puede acumular condensación dentro de la válvula de bola, quebrándola cuando la temperatura caiga por debajo del punto de congelación. Dejar las válvulas de bola en un ángulo de 45 grados ayudará a prevenir esto.
Un sistema residencial promedio debe demorar entre 30 y 45 minutos para quedar preparado para el invierno. Pero esto podría variar dependiendo del tamaño del compresor que se utiliza y del tamaño del sistema de riego. Obviamente, hay muchos más escenarios que pueden añadir al proceso de preparación para el invierno. Las bombas, los inyectores de fertilizantes, etc., podrían añadir al proceso de acondicionamiento para el invierno.
Recuerda:“​una onza de prevención vale una libra de cura.”​ Esto definitivamente se aplica a la preparación para el invierno de un sistema de riego. Saber que los sistemas de riego de tu cliente operarán sin dolores de cabeza en la primavera definitivamente vale una libra de precaución.

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